El balance de este mes que marca el inicio de la campaña no invita a la esperanza: pocas truchas y mucha confusión entre los pescadores.

Mal sigue discurriendo la temporada truchera en uno de los peores inicios que se recuerdan. El mes de abril no termina de asentarse, siguen las tormentas y, tras unas temperaturas inusuales para el comienzo de la primavera, ha regresado el tiempo revuelto. Los pescadores de mosca apenas consiguen capturas, con los ríos altos y las aguas frías cuando no entoldadas . Algo mejor están pescando los especialistas de cucharilla que, a pesar de las dificultades, de vez en cuando se ven sorprendidos por ejemplares de gran tamaño. Por cierto, una vez publicada la rectificación en el Bocyl ya no debe de haber confusiones sobre el uso de este señuelo. Y una vez mas son los «ceberos» quienes están pescando mejor en los escasos tramos que les van quedando. Dentro del cebo natural el cebo de río está prohibido, de forma que es la lombriz de tierra, que funciona muy bien con lo ríos altos, la única autorizada. Se echa de menos el rancajo o gusarapa que, además, suele propiciar buenas capturas. Y es que en el momento en que vuelva el calor comenzaremos a ver volar con profusión en los cursos bajos del Esla, Porma y Orbigo la mosca de mayo o mosca de la piedra, que no es otra cosa que la culminación madurativa del rancajo una vez que sale del lecho del río, rompe su caparazón que queda pegado a las piedras o a la vegetación de la orilla y vuela tras aparearse con los machos que son mas pequeños y carecen de alas.

De lo mal que se está pescando da buena fe la cantidad de permisos sobrantes que no llegan a agotarse. Todos los antiguos intensivos, incluido el de La Bañeza que es el mas demandado, están casi intactos y pueden conseguirse sin dificultad, al igual que los cotos del Esla tanto con muerte como sin muerte. En el Porma y en el Órbigo si que están prácticamente agotados los tradicionales, pero tampoco se está pescando y los partes de la guardería así lo acreditan. Muchos pescadores sacan el permiso por internet y, cuando llegan al río, éste baja impescable, de forma que pierden tiempo y dinero. Dado que existe gran disponibilidad de cotos sobrantes la solución es mucho mas sencilla: Se va al río y una vez allí, si está en buenas condiciones, se llama al teléfono 012 de información de la Junta de Castilla y León y de forma rápida y eficaz se consigue un permiso pagando con la tarjeta de crédito. El localizador, una vez que se paga, es enviado mediante un mensaje al teléfono móvil. Salvo el domingo que no funciona el servicio es el método mas seguro para obtener permisos de pesca.